sábado, 18 de noviembre de 2006

VISITA A VALLADOLID


Si, si, tenía esto un poco abandonado, pero vuelvo a la carga. Esta vez con la crónica del fin de semana del 9 y 10 de septiembre que pasamos en Pucela con Tricia, Amalia y Carol. Y esta es la historia:

Hacía tiempo que Tricia nos lo estaba pidiendo en los foros, ya que así celebraríamos el cumple (un tanto adelantado) de Ale y Carol. Yo no lo tenía nada claro hasta que me puse a hablar son Susan por el messenger un día y claro, tanto hablar, tanto hablar, nos entusiasmamos las dos, nos pusimos a buscar hotel y para allá que nos fuimos. Quedamos el sábado 16 de septiembre en la estación de tren de Atocha, para desde ahí ir juntas hasta la estación de Las Rozas, donde nos esperaban Ale y su novio Alfonso. Una vez que estuvimos todos juntos (media hora más tarde porque primero el tren de Susan se retrasó y después cuando íbamos para Las Rozas, nos tuvimos que bajar en otra estación y esperar otro tren), nos pusimos en camino. La ida, al ir charlando y demás, se nos hizo bastante corta (son unos 200 km). Primero fuimos hasta la casa de Rodri, el novio de Tricia, con la intención de verlo y dejar allí el coche. Pero no daba señales así que nos fuimos al centro, por donde vive Tricia. Ella estaba saliendo del trabajo y Rodri había ido a buscarla, así que nos pusimos a esperarlos mientras Alfonso se entretenía mirando y riéndose de los coches que pasaban por su lado (estaba estacionado en doble fila y miraba que los coches grandes pasaban sin miedo por al lado, mientras que los chiquitos iban leeeeeeentos! jajajaja) Que risa! Cuando por fin aparecieron Tricia y Rodri, Alfonso bajó y llevó las maletas suyas y de Ale al hotel donde iban a dormir y Ale nos llevó a Susan y a mi al nuestro. Nos dejó allí y quedamos en la Plaza Mayor un rato después. Cuando llegamos allí, ya nos estaba casi esperando Carol, que había ido de vacaciones y se había escapado de una celebración familiar para vernos. Cuando aparecieron todos los demás nos pusimos en camino. Primero fuimos a un cajero automático para que Tricia sacara dinero, después al Corte Inglés de electrónica porque Susan quería comprarse un micrófono para el ordenador. Después nos cruzamos al Corte Inglés de medias porque Ale necesitaba unas y finalmente fuimos a comprar comida. Compramos todo lo necesario para hacer una rica ensalada de pasta, algo de carne y setas. Antes de ir a casa de Rodri, pasamos a buscar a Alfonso, que se había quedado en el hotel a dormir un rato (el pobre tenía que trabajar y estaba muy cansado). Una vez allí, fue Rodri y acompañado por Alfonso (como no! ji ji) quienes hicieron la comida. Fue todo un show, porque como Alfonso hizo setas a la plancha, se formó un humo tremendo y como el extractor no funcionaba, Rodri puso un pequeño ventilador mirando hacia afuera para que absorbiera el humo y lo sacara afuera. Y funcionó! La comida estaba riquíiisima! Después de limpiar la cocina nos repartimos así: Alfonso se puso a trabajar en la cocina, Tricia y Rodri fueron a dormir la siesta y Ale, Susan y yo, nos pusimos cómodas en los sofás y vimos la película “un toque de seducción” de Donnie y algunos videos de los new kids. A todo esto Carol después de un ratín con nosotras se volvió a su casa a terminar la celebración familiar. A eso de las 18:00 o 19:00 se levantó Tricia (Rodri lo había hecho un rato antes) y llegó Carol. Ya todas juntas vimos el concierto de nuestro Dios Joe Mac jajajajaja y después de un rato llamando a sitios para reservar para cenar, cada uno se fue a su casa u hotel a arreglarse. Nuevamente habíamos quedado en la Plaza Mayor y nuevamente Carol nos estaba esperando allí cuando Susan y yo llegamos! Allí se nos reunieron una amiga y un amigo de Tricia y Rodri y nos fuimos todos juntos a cenar a un italiano. Algunos comieron ensalada, otros pizza y otros pasta. Todo muy rico! Al salir del restaurante acompañamos a Alfonso al hotel (quería acostarse tempranito para poder trabajar un rato por la mañana) y luego a Susan que se estaba reponiendo de un esguince de pie y se le había resentido... Los demás nos fuimos al pub donde estaba trabajando Amalia (otra de nuestra secta jaja) para tomar algo y verla. Llegado ese punto yo estaba que me caía del sueño (la noche anterior me había acostado muy tarde por hacer algo para llevarles y me había levantado muy temprano para ir para allá) así que cuando salimos de allí la que se fue fui yo. Antes se habían marchado los amigos de Tricia. Así que terminaron la fiesta Ale, Tricia y Rodri. A la mañana siguiente Susan y yo nos levantamos sobre las 10:00 más o menos para que nos diera tiempo a ducharnos, cambiarnos y dejar todo ordenado e ir a desayunar, ya que los desayunos eran hasta las 11:00. Yo desayuné un pedazo de bizcochuelo casero riquísimo, un poleo-menta y un jugo de naranja. Y Susan desayunó un cola-cao, unas tostadas con mermelada y manteca y también un jugo de naranja. Después subimos a la habitación y como teníamos tiempo hasta más o menos las 12:00 o por ahí en que hay que salir del hotel y en que llamaríamos a los demás para juntarnos, nos fuimos a dar un paseíto por la ciudad. Nos metimos en una especie de iglesia a la que le sacamos unas fotos y antes de reunirnos con los demás, estuvimos un rato mirando una maratón que había en ese momento. Una maratón, por cierto, que me gustó mucho porque en una misma carrera había hombres y mujeres, jóvenes y gente bastante mayor y hasta algunos discapacitados mentales. Me pareció toda una lección de integración. Luego nos fuimos a la Plaza Mayor y mientras nos íbamos juntando nos sentamos en una terracita. Luego nos fuimos todos a buscar los coches (el de Ale y Alfonso y el de Rodri y Tricia) para irnos al pueblo de Boecillo (saliendo de la ciudad) donde los tíos de Carol tienen un restaurante en unas antiguas bodegas. Estas bodegas tienen una historia apasionante y pasearse por ellas es alucinante y hay cosas que ponen los pelitos de punta. La historia empieza en el año 1156, cuando el rey Alfonso VII cazaba por esos lugares. Posteriormente los Reyes Católicos mandaron hacer un jardín real por esa zona pero al final quedó abandonado. En tiempos del Rey Carlos I de España y V de Alemania y su hijo Felipe II amurallaron la zona y lo convirtieron en coto de caza. Después cuando empezó la Reforma Protestante en el Reino Unido, Felipe II cedió terrenos y privilegios a los protestantes ingleses y escoceses que construyeron la casa de verano que utilizó el Duque de Wellinton en sus guerras contra Napoleón allá por el año 1812. Una parte de estas bodegas se utilizó como patíbulo, donde se ejecutaban a algunos oficiales franceces y sus ayudantes. Hace poquitos años se descubrió la horca que se utilizó en esa época. Es alucinante recorrer las bodegas y además de ver los utensilios que se usaban en esa época, barriles y botellas de vino, también se ven por doquier mesas y sillas para comer. En cada pequeña cuevita hay mesas. Pero lo más alucinante de todo es el patíbulo. Detrás de una pequeña bodega (por cierto con botellas de vino antiguas y llenas de polvo y con etiquetas de Falcon Crest, Franco y más cosas) está la horca. No es posible acceder a ese espacio, porque está tapiado. Pero hay una pequeña escalera de cemento por la que se puede subir a un pequeño ventanuco a través del cual se puede observarla. Es increíble que después de tantos siglos, siga allí de pie, varias vigas de madera en el centro de las cuales, cuelga la cuerda en forma de horca. Da escalofríos verla...... Es un lugar increíble! y por lo que nos contó Carol, todavía hay muchas cuevas tapiadas, muchas cuevas por descubrir..... Después del paseo por las antiguas minas, nos sentamos en la mesa que nos habían preparado. La comida fue una de esas que muy pocas veces uno se puede dar el gusto de comer. Y encima nos salió gratis! jajajaja porque como en unos días iba a ser el cumpleaños de Carol, su tío nos invitó. Para empezar comimos una tabla de ibéricos (jamón, chorizo, queso, etc.), unos revueltos (uno a base de morcilla, patatas paja y no sé que más y otro a base de huevo, setas y alguna cosita más) y un poco de chorizo a la parrilla. Todo estaba riquíisimo. Y después una ensalada y la comida estrella de esa zona: cordero lechal en horno de leña! Aunque no soy muy amante de las carnes, tengo que decir que estaba muy muy muy rica! Comimos muchísimo. Y cuando le estábamos preguntando a Carol que postres había y ésta nos decía que lo preguntaríamos en cuanto apareciera una camarera, nos sorprendieron a todos con un plato con una bola de helado de limón muy suave, y muy rico (y eso que a mí no me gusta el limón), un pedacito de flan con coco y una especie de canutillo (tipo cucurucho) dulce relleno de crema! Terminamos muy mal jajajajaja casi a reventar y con mucho sueño! Después de comer y de dar las gracias por todo a los tíos de Carol, nos fuimos todos al pueblo de Boecillo (las bodegas estaban al otro lado del pueblo) a tomar algo en una cafetería de otros tíos de Carol. Allí Ale y Carol (sólo ellas......) recibieron sus regalitos de cumpleaños y después de un ratito fuimos a dar un paseito para conocer el pueblo de Carol y terminamos en un parque jugando en los toboganes, amacas, y demás jajajajajaja. Y ya después de eso, decidimos volver a casa. Al principio el camino de vuelta fue sin problemas, pero antes de pasar por el famoso túnel de Guadarrama, se hizo un gran atasco. Siempre se hace. Tardamos un eternidad en llegar a él y yo estaba desesperada, porque yo todavía tenía que cruzar todo Madrid hasta mi casa y tenía miedo de quedarme sin tren. Además tenía un dolor de cabeza espantoso. Cuando por fin llegamos a la estación de tren de Las Rozas mi tren estaba a punto de pasar y Alfonso empezó a correr y fue al otro lado de las vías para sacarme un billete. Fue un encanto. Si no hubiera sido por él, lo hubiera perdido. Me bajé en la estación de Chamartín (si me bajaba en Atocha iba a haber bastante gente y yo quería agarrar sin problemas asientos libres) y un rato después (durante el cual creía que se me iba a partir la cabeza) agarré el tren que venía hasta Azuqueca. Dio la casualidad de que en Atocha subió una compañera de trabajo, María, que había ido a pasar el fin de semana a León. Nos encontramos en el mismo vagón y vinimos juntas charlando y contándonos nuestros respectivos findes. Yo me había tomado algo para el dolor de cabeza y se me fue pasando, así que el viaje desde Madrid hasta casa se me hizo bastante ameno. Fue un fin de semana genial!!        

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